El 24 de julio, pasó algo que, como familia marista, nos llena de alegría. Al igual que el agricultor ve nacer una planta a la mañana siguiente.

Un estudiante, por error, dejó olvidado su celular en un mesón, cuando estaba realizando una tarea de grupo, antes del creo. Terminado el recreo, el estudiante se percató que no tenía su celular y fue a buscarlo al mesón y no lo encontró. Ahí empezó todo. Preguntar por aquí y allá, pero para resumir, y mediante cámaras descubrimos algo maravilloso.

El celular olvidado estuvo en los mesones todo el recreo:

  • Algunos estudiantes lo miraban y preguntaban a sus amigos si era de ellos
  • Otros estudiantes, lo alzaban y buscaban alguna identificación en la carcasa o pantalla
  • No faltó el estudiante informático que trató de desbloquear para saber la identidad del dueño.

En total, 14 estudiantes, de diferente grado, se percataron del celular olvidado, y todos preguntaban por su dueño, algunos discretamente y otros a viva voz.

Finalizado el recreo, esto es lo que pasó:

Así es, un estudiante lo entregó al Hno. José Antonio.  En total, 15 estudiantes, con cada acción que hicieron, nos enseñan de un valor que viven en casa y el colegio, la HONESTIDAD.

Ahora que finaliza el segundo trimestre, quizás parezca sin sentido hacer un artículo sobre este suceso. Pero, si recordamos nuestro lema «Educar en y con valores para la vida», estas niñas y niños han obtenido un 100. Así que si llegan a casa con un boletín de notas no muy buenas, tengamos presente que estas no expresan todo lo vivido y aprendido por ellos. Las notas sí tienen valía, pero no toda. Hay más que valorar en los niños y jóvenes. Cada vez que vean un valor vivido por ellos, debemos felicitarlos, es el cariño de educadores y padres, el mejor boletín que podemos darles a un destacado ejemplo de valores vividos.

En un país sumido en la corrupción, la imposición del más fuerte, la «viveza», la manipulación de la ley y justicia, vivir con valores es lo que nos llena de esperanza y alegría para que, a pesar de todo, creamos que es posible una Bolivia con ciudadanos que hacen el bien sin necesidad de un policía, eligen vivir en la verdad y libertad, optan seguir a su prudente criterio y sano juicio, tienen fe en el otro y no viven en la desconfianza y el oportunismo.

Finalizamos este trimestre con ánimos y alegría, de finalizar una etapa y de iniciar otra. terminamos el trimestre con cansancios y logros (como el relatado), es la satisfacción de padres, estudiantes y educadores que hacemos posible una Familia Marista fiel a sus principios. ¡Ánimo y sigamos adelante!