En una emotiva y sencilla Eucaristía dominical, la comunidad del colegio marista se unió para celebrar un momento especial en la vida de los estudiantes de primaria: la Primera Comunión. Con alegría y emoción en sus rostros, los niños recibieron el Cuerpo y la Sangre de Cristo por primera vez, acompañados por sus seres queridos que compartieron con ellos este significativo sacramento.

La preparación para la Primera Comunión fue un proceso de crecimiento espiritual para los pequeños. A lo largo de catequesis y actividades pastorales, guiados por los catequistas maristas, los niños profundizaron en su comprensión de la Eucaristía y su importancia en la vida cristiana. Aprendieron sobre la presencia real de Jesús en la hostia consagrada y cómo este encuentro con lo sagrado fortalece su fe y compromiso con los valores maristas.

La Eucaristía dominical fue un momento de unión y comunidad. Familiares y amigos se reunieron para compartir la alegría de este día especial. Los rostros iluminados de los niños mientras se acercaban al altar para recibir a Cristo eran una muestra de su profundo amor y devoción. La presencia de la familia en esta celebración es un recordatorio del apoyo y acompañamiento que los niños encuentran en su hogar para seguir creciendo en su fe y compromiso con Dios.

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